Un administrador de fincas colegiado es un profesional que presta servicios de administración y asesoramiento a propietarios de inmuebles, por lo que su papel es vital de cara a la ciudadanía y, más concretamente, en el proceso de sostenibilidad de las ciudades. Es vital para realizar acciones como tener una comunidad de propietarios sostenible.
La figura del administrador de fincas colegiado es imprescindible para la gestión de bienes inmuebles, sean rústicos o urbanos, ya que es el que se encarga de prestar servicios de administración y asesoramiento a los propietarios, administrando sus alquileres y llevando al día las comunidades de propietarios.
Estos profesionales son, en definitiva, imprescindibles para la vida de la ciudadanía, ya que desarrollan una actividad de gran valor socioeconómico. De hecho, uno de sus objetivos principales es garantizar la calidad de vida en los hogares y, con ella, asegurar el acceso a una vivienda de calidad.
Básicamente, un administrador de comunidades es una pieza fundamental para informar a las comunidades de propietarios, haciendo valoraciones, buscando información, organizando reuniones o redactando los acuerdos en un acta. Es conocedor de las normas relacionadas con la administración de comunidades y traslada la información de forma fácil y entendible para que, en conjunto, se lleven a cabo decisiones para el bienestar de cada finca.
¿Cómo te puede ayudar un administrador de fincas a ser una comunidad de propietarios sostenible?
Uno de los principales focos actuales en la mejora de inmuebles es su adaptación para ser una comunidad de propietarios sostenible. En este sentido, los administradores de fincas juegan un papel primordial de cara a mejorar las condiciones de los propietarios, acceder a subvenciones, como las ayudas actuales de los Fondos Europeos Next Generation, y plantear las obras necesarias.
Los administradores de fincas asesoran a la comunidad de los requisitos para poder obtener subvenciones, algo prioritario para conseguir ser una comunidad de propietarios sostenible. Dichas ayudas pueden ser, por ejemplo, las ayudas de los Fondos Europeos Next Generation
Para ello, se siguen numerosos pasos coordinados siempre por uno de estos profesionales cualificados. El primero de ellos es identificar los potenciales beneficiarios, analizando e investigando los edificios de sus clientes que reúnan las características adecuadas para conseguir ayudas por aspectos como la antigüedad, las necesidades de rehabilitación o mejora en instalaciones y la accesibilidad, entre otros aspectos.
Tras esta primera valoración, es el momento de un pre análisis de viabilidad, donde, junto con un arquitecto aparejador, se estudiará el potencial de mejora de demanda energética del edificio, la ubicación, el rango de ayudas según la ubicación, el estudio de costes estimados de las mejoras y la identificación de las necesidades del inmueble, además de la distribución de esos costes entre propietarios y los calendarios de pagos.
Una figura imprescindible
Si tras dar esos pasos preliminares se observa que estas mejoras son viables, el administrador de fincas pasará a celebrar la primera junta de propietarios. En ella, expondrá al presidente de la comunidad ese pre análisis, convocará la junta y, junto al técnico competente, explicará su trabajo de investigación y viabilidad. Tras aclarar dudas, redactará el acta notificando también los acuerdos, trabajará en la solicitud de ayudas para el Libro del Edificio y solicitará presupuestos de obra.
Un administrador de fincas estudiará y negociará las opciones de financiación representando a las comunidades de propietarios
Después de esa primera junta, el administrador de fincas estudiará y negociará opciones de financiación y preparará la presentación del proyecto de actuaciones.
Llega entonces el momento de una segunda junta para conseguir la comunidad de propietarios sostenible. En ella, el administrador de fincas presentará y explicará a los propietarios el proyecto de actuaciones necesarias, aclarará dudas y gestionará la toma de acuerdos de la ejecución de presupuestos, la solicitud de financiación, la recaudación de los importes y la solicitud de ayudas para la rehabilitación. Tras todo ello, redactará el acta y notificará los acuerdos.
Paso a la acción
Después de que la comunidad de propietarios adopte los acuerdos necesarios, el administrador de fincas pasará a trabajar en el arranque de actuaciones para lograr el objetivo de ser una comunidad de propietarios sostenible. En esta fase, redactará los contratos de la obra y de los técnicos; preparará la documentación para la financiación y para la solicitud de ayudas; identificará casos de vulnerabilidad; emitirá cobros y reclamará derramas; gestionará la financiación de la obra, pagando a proveedores por certificaciones y controlando el flujo de caja, además de justificar las necesidades de tesorería; se solicitarán las licencias; seguirá el ritmo y la ejecución de las obras, además de gestionar las incidencias e imprevistos durante las mismas; y controlará, junto al técnico, la ejecución y la terminación de la obra.
Como broche final, el administrador de fincas se encargará de justificar las obras a efectos de las subvenciones, convocando, asistiendo y justificando la redacción del acta, así como la notificación de acuerdos si existieran juntas extraordinarias; hará las declaraciones fiscales pertinentes; y emitirá certificados fiscales para posibles deducciones del IRPF.
Un administrador de fincas colegiado es, en definitiva, una figura imprescindible que se encarga de encontrar, aplicar y seguir las actualizaciones en sostenibilidad medioambiental que cada inmueble necesita, encontrando la forma idónea de llevar a cabo estas mejoras y buscando, si es posible, las ayudas correspondientes para que estas mejoras no repercutan en un gran coste para los propietarios.
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