Desde el último trimestre del 2020 hasta el primer semestre del 2022 se ha consolidado el auge que experimentaba el mercado inmobiliario, de acuerdo con los datos que se recogen en los diferentes Registros de la propiedad. Estos datos demuestran que la inversión vuelve a considerar el ladrillo como un refugio seguro, teniendo una revalorización anual razonable y no especulativa. Esto nos lleva a plantear la vivienda como valor de ahorro seguro.
La gran pregunta es si dicha situación se prolongará en el tiempo, considerando la nueva crisis económica como consecuencia de la guerra de Ucrania, que viene a sumarse a la ya existente de la Covid-19 que todavía se mantiene en determinados segmentos de la población.
¿Cómo influirá la subida de los tipos de interés decretada por el BCE para frenar la inflación?
Para responder a esta pregunta debemos tener en cuenta los siguientes factores:
- El incremento de la compra de viviendas con hipoteca indica que, pese a todo, la gente tiene confianza en el futuro porque aparentemente nadie se hipoteca a medio o largo plazo sin dicha confianza.
- Tenemos un elemento nuevo en el tablero y es que no se va a producir otra burbuja inmobiliaria porque la banca ha aprendido la lección y vuelve a cumplir estrictamente la Ley del Mercado Hipotecario y si no se dispone de un más o menos 35% del valor del inmueble que se pretende adquirir, es decir, el 20% que no cubre la hipoteca más impuestos y gastos, no presta ningún capital.
La subida de tipos de interés viene a suponer una pequeña corrección del mercado y con unos tipos de interés en torno al 2,70-3% continúan siendo atractivos, aun cuando estábamos acostumbrados a un Euribor negativo
El ahorro, el problema de muchos españoles para disponer de una vivienda como valor de ahorro seguro
Con los actuales sueldos es difícil ahorrar ese 35% que reclaman los bancos. Para una vivienda de 220.000 euros, teniendo en cuenta el sueldo medio español y ahorrando el 20% del salario, se necesitan 7 años aproximadamente para poder cubrir la parte a la que no llega la hipoteca concedida y 9 años en las ciudades más caras, como puedan ser Barcelona y Madrid.
Actualmente, incluso con la subida de tipos de interés, es más atractiva la compra que el alquiler (según comparaciones realizadas entre la renta de alquiler y la cuota hipotecaria).
Llegados a este punto, quizá la solución está en unas políticas activas en favor de la construcción de viviendas sociales en propiedad por parte de las autoridades públicas, que limiten el precio de venta y por lo tanto sitúen el impacto hipotecario en niveles menos agresivos para el bolsillo de los ciudadanos.